El Linaje de los
Mosquera y Figueroa de Colombia[1]
Por
Miguel Wenceslao Quintero Guzmán
Introducción
A
mediados del siglo XVI llegaron a Popayán, cabeza de la gobernación de su
nombre, los conquistadores Cristóbal y Francisco Mosquera, cuyos descendientes
se relacionaron entre sí. Los descendientes de Francisco, por el uso arbitrario
de los apellidos, no convervaron el Mosquera como primer distintivo de familia.
Los de Cristóbal sí lo hicieron y establecieron un linaje cuyos miembros
durante tres siglos tuvieron alta cuota de poder político y económico en su calidad
de encomenderos, tenientes de gobernador, alcalde ordinarios y regidores
perpetuos del cabildo. En la Colonia esta familia dio a España un regente, el
doctor don Joaquín de Mosquera y Figueroa, quien como Presidente de la tercera
Junta sancionó la constitución de 1812; y, en el periodo republicano, a la
naciente Colombia, dos presidentes, próceres de la independencia, los doctores
don Joaquín y don Tomás Cipriano de Mosquera.
El regente doctor don Joaquín de
Mosquera y Figueroa
El doctor don Joaquín de Mosquera y
Figueroa fue bautizado en Popayán el 20 de enero de 1748 de un día de nacido[2].
Estudió en el Colegio Mayor del Rosario, en Santafé, siendo su beca aprobada el
21 de febrero de 1768[3], y
se recibió de abogado de las reales audiencias de Quitó y Santafé. En 1776, por
nombramiento del virrey Guirrior, fue teniente de gobernador y auditor de guerra en Popayán; el 31 de
marzo de 1778 se le destina con el mismo cargo para Cartagena, donde ejerció la
gobernación de la provincia en 1785. Oidor de la real audiencia de Santafé, se
posesionó el 3 de octubre de 1787; luego, alcalde del crimen y oidor de Méjico.
En 1810 fue nombrado ministro togado del consejo de Indias y en enero de 1812
fue elegido miembro de la junta de regencia de España, por la cautividad de don
Fernando VII. A esta junta, encabezada por Mosquera como presidente, le tocó
sancionar la constitución expedida para la monarquía el 28 de marzo de 1812.
Murió en Madrid el 19 de enero de 1830[4].
El tronco español de los Mosquera
Con base en documentos de primera
mano se ha podido establecer la ascendencia por línea de varón del regente
Mosquera hasta el primer conquistador, el capitán Cristóbal de Mosquera, pero pocos
documentos se conservan de este español e infortunadamente no se conoce su
testamento. Su hijo del mismo nombre, segundo del mismo en el Nuevo Reino, en
su testamento de 1644 declara textualmente que es “hijo legítimo de Cristóbal de Mosquera y Figueroa y doña
María Rengifo”; y en el título de encomienda, dado en 1619 a este segundo
Cristóbal, el gobernador de Popayán Lasso de la Guerra dice “…y que sois hijo
legítimo del capitán Cristóbal de
Mosquera y Figueroa, uno de los primeros pobladores y conquistadores de las
dichas provincias de la dicha Nueva Segovia y Páez y que en ellas y otras de
estos reinos de las Indias sirvió a Su Majestad con mucha puntualidad y cuidado
como su principal y fiel vasallo a su costa y minción…”[5].
Don José de Mosquera y Figueroa y sus
hermanos -hijos del citado capitán Cristóbal, segundo del nombre- levantaron
una información en Popayán el 26 de febrero de 1663. En ella los testigos
declararon contestes que “el primer capitán Cristóbal de Mosquera vino de Badajoz
a estas conquistas con su deudo muy cercano el gobernador Francisco (Mosquera),
a quien le acompañó siempre, y fue encomendero en Caloto y alguacil mayor de
este cabildo”. Efectivamente, Cristóbal de Mosquera figura en la lista de los
pobladores de la “Nueva Segovia de Caloto” con el capitán Hernando Arias de
Saavedra en 1585[6],
fue alguacil mayor de la gobernación en 1576 y regidor del cabildo de Popayán
en 1585.
En un árbol genealógico de la familia
Mosquera, “elaborado por Joaquín, Tomás Cipriano y Manuel María Mosquera
Arboleda en Londres en 1865”, se afirma sin ninguna prueba que Cristóbal era
hija legítimo del comendador Diosdado de Alvarado, de Badajoz, y de doña Elvira
de Figueroa y Manuel; nieto paterno de Pedro Mosquera -hijo de Vasco- y de doña
Catalina de Alvarado. Gustavo Arboleda, el genealogista payanés por
antonomasia, recoge esta genealogía en su Diccionario de 1910[7]
y agrega que doña Elvira Figueroa y Manuel era descendiente de don Juan de
Sotomayor y doña Mencía Manuel, hija ésta del primer conde de Feria don Lorenzo
Suárez de Figueroa y doña María Manuel, afirmación falsa a la luz de
autorizados tratadistas españoles[8].
¿Cuál era entonces el origen de este capitán, oriundo de Badajoz, que
estuvo en el Perú -con el capitán Francisco Mosquera- y se radicó después en la
gobernación de Popayán?
Dos cronistas proveen noticias reveladoras. Cieza de León, en la cuarta
parte de su Crónica del Perú, nos
cuenta que Cristóbal de Mosquera en
la batalla de Añaquito, en enero de 1546, pidió licencia al virrey Blasco Núñez
Vela para ir al campo de Gonzalo Pizarro, en donde se encontraba su hermano
Gómez de Alvarado, quien figuraba entre los rebeldes, y que aquel se lo
concedió generosamente. Habiéndosele echado en cara esta cobardía, dijo
Mosquera a Hernández Girón, que “no me
voy por el deseo que tengo de ver a mi hermano, ni tampoco por apartarme del
Visorrey, sino por no me hallar entre vosotros, por la muy grande traición y
maldad que sé que habrá antes de mucho tiempo”, refiriéndose al capitán
Luna que dizque intentaba matar a Núñez Vela por orden de Pizarro[9].
El Inca Garcilaso nos dice en La Florida
del Inca, en el capítulo XV del libro IV, que este Cristóbal de
Mosquera -que anduvo en el Perú- es el mismo que pasó a la Florida: “Es así
que de esta provincia Tula, cuando los españoles salieron de ella, no sacaron
más de un muchacho de nueve o diez años, y era de un caballero natural de Badajoz, llamado Cristóbal de Mosquera, que
yo después conocí en el Perú”[10].
No cabe duda de que se trata de nuestro héroe… y en el capítulo I del libro VI
de la misma obra, nos cuenta el Inca que Cristóbal era hermano de Luis de
Moscoso de Alvarado y de Juan de Alvarado: “Luis de Moscoso de Alvarado se
embarcó en la carabela capitana por gobernador y capitán general de todos, como
lo era en tierra. Juan de Alvarado y Cristóbal
Mosquera, hermanos del gobernador, por capitanes de la almiranta”[11].
De Luis de Moscoso anota: “Luis de Moscoso de Alvarado, hijo del comendador Diosdado de Alvarado,
caballero natural de Badajoz y vecino de Zafra, y uno de los sesenta
conquistadores, elegido y nombrado por maese de campo del ejército…”[12]
El panorama se despeja con los pases
a Indias de estos personajes. Los registros del 9 de marzo de 1538 citan a Luis
de Moscoso, Juan de Alvarado y Cristóbal de Mosquera como hijos del comendador
Alonso Hernández de Diosdado, vecino de Zafra, y de doña Isabel de Alvarado, y
cada uno “pasa a la fe oída por cuanto
no es de los prohibidos”[13].
Evidentemente, el comendador Diosdado de
Alvarado, del que habla el Inca, y el
comendador Alonso Hernández de Diosdado, citado en los pases a Indias, son
la misma persona. Baltasar Dorantes de Carranza, en su obra dirigida al virrey
de Nueva España, marqués de Montesclaros, en 1604, afirma que Luis Moscoso de
Alvarado era “hijo legítimo del
comendador Alonso Hernández Diosdado Mosquera de Moscoso, del hábito de
Santiago, y de doña Isabel de Figueroa,
su mujer, naturales de la villa de Zafra, del maestrazgo de Santiago, en los
reinos de Castilla”[14].
La línea de varón de los Mosquera
Conocidos los padres del conquistador
Cristóbal de Mosquera, pasamos a establecer de atrás hacia adelante la línea de
varón de este linaje, hasta ahora desconocida:
(I) García Martínez de
Diosdado, el primero del que tenemos noticia, fue vecino de la villa de
la Parra, en Extremadura. Don Enrique IV le otorgó privilegio de hidalguía “por
los muchos y buenos servicios que me habéis hecho y hacedes de cada día” por
carta fechada en la villa de Agreda el 29 de octubre de 1462, refrendada por el
secretario Alonso de Badajoz, y confirmación firmada en Segovia el 21 de
diciembre siguiente, refrendada del contador y secretario Diego Arias de Avila.
Casó con Isabel Fernández, fallecida “al pie de ochenta años” en la Parra,
quien viuda volvió a casar con Pedro Fernández, vecino de la Parra. García e
Isabel fueron padres de:
1. Juan Diosdado Figueroa, que se llamó Juan de
la Parra por su naturaleza. Sigue en II.
2. El
bachiller Esteban Martínez Diosdado, vecino de la Parra, casado en la villa de
la Fuente del Maestre con Elvira o Isabel Zambrana, padres de Benito Fernández
Diosdado -alcaide de la fortaleza de Fuente del Maestre- y Bernardino Diosdado,
vecinos de la Fuente del Maestre, quienes litigaron su hidalguía y la ganaron
por sentencia dada en Valladolid el 9 de septiembre de 1514 y confirmación de
la reina doña Juana dada en la villa de Medina del Campo el 26 de marzo de
1515.
3. Gonzalo
Martínez Diosdado, vecino de la Parra, casado con Juana Rodríguez, padres
legítimos de:
A. Gonzalo
de Diosdado, natural y vecino de la Parra, en donde murió siendo escribano
público. Había casado allí con Catalina Flórez, hija de Gonzalo Martínez de San
Juan. Sin sucesión. Viudo, contrajo segundas nupcias con Catalina González de
Meneses, viuda también de Rodrigo de Flomesta, padres -Gonzalo y Catalina- de
Juan de la Parra, nacido por 1517, natural y vecino de la Parra, que litigó su
hidalguía ante la chancillería de Granada en 1553 y la ganó; y de Alonso
Diosdado de Meneses.
B. Fernando de Diosdado, natural de la Parra,
secretario del conde de Feria en Zafra y después alcaide de la villa de
Salvaleón, “a dos leguas de la villa de la Parra”. Casó en su patria chica con
Catalina González y tuvieron a Alonso González Caballero, casado en la villa de
Salvaleón con Catalina de León, padres de un segundo Alonso González Caballero
-casado por 1547 en la Parra con una hija de Francisco Muñoz-; y a Gonzalo
Diosdado, nacido hacia 1492.
(II) Juan de la Parra,
llamado así por ser natural de la Parra, nació hacia 1457. Fue un destacado
personaje de la corte de los reyes católicos. Vecino de la villa de Zafra, fue primero
secretario del conde de Feria y después de don Fernando y doña Isabel, por
merced firmada en Écija el 9 de febrero de 1490[15]; primer comendador de Bienvenida y Montemolín en la orden de
Santiago y secretario del maestre don Alonso de Cárdenas. Falleció en la corte por
1512.
De él
da cuenta Gonzalo Fernández de Oviedo en el Diálogo III, de la Quincuagena III,
Batalla I, cuando dice: “Juan de la Parra…hombre virtuoso y de honesta
parentela. Fue antiguo criado de la reina católica doña Isabel e fue por ella e
a su contemplación mejorado en el hábito
militar de Santiago e le hizo otras mercedes, y no tantas como en él cupieran
por su buen seso y bondad”[16].
Juan de
la Parra casó en Toledo con Inés Rodríguez de Toledo, padres que fueron de:
1. El comendador Alonso Hernández de Diosdado. Sigue en III.
2. El
contador Juan de la Parra, natural de la villa de la Parra, muerto por 1536 en
la villa de Zafra, en donde vivió buena parte de su vida sirviendo como contador
del conde de Feria. Casó en Badajoz con doña María Enríquez, hija legítima de
Pedro Mosquera de Moscoso, natural y vecino de Badajoz, señor de la dehesa del
Carpio, enterrado en una capilla en San Francisco “al lado derecho del
evangelio en la capilla mayor” con su tío Arias de Mosquera de Moscoso, y de doña
Juana Enríquez, quien viuda partió para Sevilla con su hijo Cristóbal[17]. Padres de Alonso Enríquez -nacido por 1520-, doña Inés Enríquez y Cristóbal
de Mosquera de Moscoso. Alonso Enríquez y su hermana doña Inés Enriquez junto
con sus primos Gonzalo Diosdado, Juan de la Parra y Alonso González Caballero, todos
vecinos de la villa de la Parra, ganaron ejecutoria de hidalguía fechada en
Granada el 23 de diciembre de 1555[18].
3. Doña Ana de la Parra, mujer de don Alonso
Enríquez, vecinos de la Parra.
(III) El
comendador Alonso Hernández de Diosdado, vivió en la villa de Zafra. Gerbert lo cita como paje de
1488 a 1492 llamándolo “comendador Diosdado”[19],
y Juan de Godoy, un hidalgo de Marchena de 72 años, declara en julio de 1585,
en el pleito de hidalguía del licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa y
Moscoso, vecino de Écija, que “había conocido este
testigo al comendador Diosdado de Figueroa, el cual era hombre muy principal y
decía que era pariente muy cercano del padre (del) que litigaba”[20].
Juan de Aponte, hijo del comendador Gonzalo Méndez de Sotomayor,
hijodalgo de 80 años, declaró en mayo de 1552 que entendía que el secretario
Juan de la Parra tuvo un hijo legítimo que tenía el hábito de Santiago y la escribanía
y el diezmo de la villa de Fuente del Maestre, y que cuando murió en la entrada
que hizo el maestre de Santiago don Alonso de Cárdenas en las lomas, le dio el
hábito de Santiago a Hernández de Diosdado junto con la renta de la escribanía
y el diezmo[21].
De
él dice Fernández de Oviedo: “…fue por mano del maestre último de Santiago, don
Alonso de Cárdenas, por cuya muerte tomaron los reyes católicos la
administración perpetua de aquella orden e la incorporaron en el ceptro real de
Castilla, y después de su mano hicieron merced del mismo hábito a su hijo del
dicho secretario Juan de la Parra, llamado el comendador Diosdado, buen
caballero, que sucedió en la casa y mayorazgo de su padre, e aún le sucedió en
la bondad y buen seso; por lo cual ha sido visitador de las encomiendas de la
orden en que mostro bien su prudencia e rectitud”[22].
Casó -como anotamos antes- con doña
Isabel de Alvarado, también llamada doña Isabel de Figueroa. Don Juan Flórez de
Ocáriz afirma que doña Isabel de Alvarado, a quien llama doña Isabel Suárez de Alvarado, mujer del comendador Alonso
Hernández de Moscoso y Figueroa, era hija legítima de Gómez de Alvarado,
comendador de Lobón, y de su primera esposa doña Teresa Suárez de Moscoso y
Figueroa, señora de Poza Cibera, en Valverde, Badajoz; nieta paterna de Juan de Alvarado El Viejo, comendador de Hornachos
en la orden de Santiago, alcaide de la villa de Alburquerque, y de doña
Catalina Messía de Sandoval; bisnieta
paterna de García Sánchez de Alvarado, señor de la casa de Alvarado, en
Secadura, Ramales y Trasmiera, en las montañas de Burgos, corregidor de Córdova
en tiempo de don Juan II, y de su mujer doña Leonor de Bracamonte; de Diego
González Messía, señor de Loriana, y de su esposa Mari Sánchez de Sandoval y
Sotomayor, señora de Valdetorres y los Corvos[23].
Esta ascendencia la confirma don Luis de Salazar y Castro[24].
Doña Isabel de Alvarado era entonces hermana media del adelantado don Pedro de
Alvarado, hijo del mencionado Gómez de Alvarado y de su segunda mujer doña
Leonor de Contreras y Carvajal[25].
La citada doña Teresa Suárez de
Moscoso y Figueroa era hija legítima de Juan Méndez de Moscoso, alcaide del
castillo de Badajoz, y de doña Isabel Álvarez de Ocampo; nieta paterna de Vasco Mosquera de Figueroa y Vargas, nacido en
Badajoz, de quien dice Moscoso y Montemayor que era “caballero muy hacendado en Badajoz, de la casa de Altamira”[26],
y de su mujer doña Isabel Quijada; nieta
materna de Tomás de Ocampo, natural de Zamora, comendador de Alcuéscar en
la orden de Santiago y uno de los principales caballeros que estuvieron en la
entrega de Cáceres que hizo en 1445 don Juan II a su hijo don Enrique, y de su
mujer doña Isabel Álvarez Golfín[27].
Conocemos por hijos del comendador Diosdado y doña Isabel a:
1. El
capitán Luis de Moscoso Alvarado, natural de Badajoz y vecino de Zafra. Figuró
como capitán de caballería entre los que vinieron al Perú con don Pedro de
Alvarado en 1534. Regresó a Zafra, en Extremadura, y pasó después con sus
hermanos Cristóbal de Mosquera y Juan de Alvarado en 1538 a la conquista de la
Florida, nombrado por maese de campo
del ejército. Como se cuenta en “La Florida del Inca”, en esta jornada, después
de serios descalabros y fallecido el adelantado Hernando de Soto en 1542,
Moscoso de Alvarado quedó al mando de la mermada hueste. Para su regreso, de
enero a junio de 1542 construyeron siete bergantines, arribaron al golfo de
Méjico y, siguiendo el litoral, tomaron el río Panuco para llegar después por
tierra a la ciudad de Méjico, donde fueron agasajados por el virrey Mendoza. El
capitán Luis de Moscoso fijó su residencia en Tlaxcala en 1545, fue su primer
corregidor y encomendero de Suivalacon y Sutiapa. Casó con su prima doña Leonor
de Alvarado, viuda del capitán Gil González de Benavides, hija legítima de Juan
de Alvarado, “poblador muy antiguo”,
-hermano entero del adelantado don Pedro-, y de doña Isabel de Villa Padierna.
Con sucesión[28].
2. Doña
Catalina de Alvarado y Figueroa, casada con Pedro Venegas de Quesada, señor de
los heredamientos de la villa de Linares, en el obispado de Jaén, alcaide de
Feria. Con sucesión[29].
3. El
capitán Juan de Alvarado. Pasó en 1538 con sus hermanos a la Florida y fue
capitán de la Almiranta, una de las siete carabelas que construyeron para su
regreso a México.
4. Gómez
de Alvarado, llamado el Mozo o el Mancebo. Sirvió primero en Nicaragua, pasando
al Perú en 1534 con su pariente el adelantado don Pedro de Alvarado. Durante la
rebelión de Gonzalo Pizarro se plegó a la causa gonzalista en Túcume al frente
de ochenta soldados, asistiendo como capitán de caballos a la batalla de
Añaquito. En esta contienda, estando el adelantado Belalcázar herido y
prisionero, Alvarado tuvo ocasión de acogerlo y aún salvarle de las manos de
Hernando Bachicao y otros que dándole golpes porfiaban por asesinarlo[30]. En 1546 se unió a la causa real, prestándole auxilios al
licenciado de la Gasca para la campaña contra Pizarro y se halló en la batalla
de Jaquijahuana como capitán de caballería a favor del rey[31]. En 1550 figura como corregidor y justicia mayor en Chachapoyas.
Murió con fama de soltero empedernido. El historiador peruano José Antonio del
Busto nos dice que era primo de los conquistadores Garcí Méndez de Moscoso y
Francisco Arévalo, hermanos entre sí[32].
5. Alonso
de Alvarado. Falleció viajando al Perú en la armada de don Pedro de Alvarado.
En el testamento que otorgó a bordo de la nao en que navegaba, nombró por
albaceas a su hermano Luis de Moscoso y a Diego de Alvarado y por herederos a
su esposa María Guerra y dos hijos que en ella tuvo: Tomás de Burguillos y Juan
de Alvarado. Dejó dos indios esclavos y un caballo que le había regalado su
deudo don Pedro de Alvarado. Moscoso vendió el caballo en 800 pesos que nunca
entregó a la viuda, por lo que ésta consiguió en Madrid el 21 de agosto de 1540
que el comendador Alonso Hernández de Diosdado se viese obligado a pagárselos
por así mandarlo una cédula real de esa fecha[33].
6. El capitán Cristóbal de Mosquera. Sigue en IV.
7. y 8.
Doña Isabel de Alvarado, citada por Salazar y Castro[34], y doña Beatriz Moscoso, quienes fundaron mayorazgos, sobre los
cuales se querellaban a comienzos del siglo XVII doña Juana Ramírez de
Arellano, vecina de Madrid, y doña María de Pedrasa, vecina de Baéza[35].
(IV) El capitán Cristóbal de Mosquera, natural de Badajoz, ya citado,
tronco de la familia en Colombia. Pasó con sus hermanos a la conquista de la
Florida con licencia del 9 de marzo de 1538 y fue uno de los sesenta
conquistadores de la península. Fue -con su hermano Juan- capitán de la
Almiranta, una de las siete carabelas que construyeron para su regreso a Méjico[36].
Estuvo después en la conquista del Perú con el capitán Francisco Mosquera y se
halló al lado del rey en la batalla de Añaquito contra el rebelde Pizarro; habiendo
salido con vida de esta batalla, desastrosa para las huestes reales, Cristóbal
de Mosquera participó como capitán de infantería en Jaquijahuana[37],
siempre leal a la causa real, y en el levantamiento posterior de Hernández
Girón[38].
Se halló en la conquista y población de la provincia de Veraguas, en el río San
Juan, provincia de Barbacoas, y en las provincias de Páez; y figuró entre los
primeros pobladores de Caloto. Fue vecino de Popayán, alguacil mayor de la
gobernación en 1576 y regidor en 1585[39].
Por sus servicios el gobernador García del Espinar le dio la encomienda de
Avirama[40].
Casó en Cartago con doña María Rengifo, natural de Cali, hija
legítima del capitán español Francisco Lozano, llamado en documentos
posteriores a su época como Francisco López Lozano y Francisco Lozano Bravo[41],
nacido por los años de 1531 en la ciudad de Salamanca[42]
-deudo muy cercano del capitán conquistador Domingo Lozano, “a quien mataron los indios pijaos”[43]-,
compañero del adelantado Belalcázar[44],
bajo su mando estuvo defendiendo la causa real en las batallas de Añaquito[45]
y Jaquijahuana -en contra del rebelde Gonzalo Pizarro- y en las de Pucará y
Guarina; vecino de Cali, ejerció el
cargo de alguacil mayor de la
gobernación de Popayán en 1561 y murió hacia 1567, y de su mujer doña Leonor
Rengifo, natural de Salamanca[46],
fallecida en 1584, hija legítima de Diego Velásquez Rengifo, natural de Ávila,
y Catalina de Espinosa de Arévalo[47].
Viuda, doña María Rengifo contrajo segundas nupcias con el capitán conquistador
Diego de Herrera Rivera, natural de Sevilla, donde tenía “deudos del apellido de Herrera, que son veinticuatros y jurados de la
dicha ciudad”, hijo legítimo de Bernabé de Herrera y doña Catalina de
Mendoza, naturales y vecinos de Sevilla[48].
Conocemos por hijo del capitán Cristóbal de Mosquera y doña María Rengifo a:
1. El
capitán Cristóbal de Mosquera y Figueroa, II del nombre. Sigue en V.
(V) El capitán Cristóbal de Mosquera
y Figueroa, II del nombre,
natural de Popayán, nacido por 1584[49].
Siendo niño, el gobernador Tuesta Salazar, por decretos del 6 de septiembre y
del 17 de noviembre de 1588, le hizo merced de dos estancias de tierra en
Caloto[50].
Radicado en esta ciudad, fue alcalde ordinario en 1608[51]
y el gobernador Pedro Lasso de la Guerra le hizo merced de las encomiendas de
Páez, Turibachao, Omián, provincia de Toribíos, Sámbalo, de los indios mitimas
y, en segunda vida, de Avirama por título del 2 de mayo de 1619, atendiendo a
sus servicios y a los de su padre y a que “sois
noble e hijodalgo”[52].
Recibió confirmación de este título por real cédula dada en Madrid el 25 de
mayo de 1624[53].
Tiempo después se estableció en Popayán y fue alcalde ordinario en 1638 y
procurador general en 1640 y 1642[54].
Allí testó el 17 de febrero de 1644 ante el escribano Diego Gómez Morillo[55].
Casó por 1619 con doña Tomasina de Salazar, “mujer principal”, dotada con 3.000 pesos
de oro de 20 quilates, hija legítima del capitán Andrés del Campo Salazar y
doña Isabel de Figueroa, casados antes de 1591[56].
El capitán Andrés del Campo Salazar nació hacia 1558[57].
Se embarcó niño a las Indias con su padre en 1563 y muy joven entró a la
conquista de los indios paeces y pijaos, en la cual tuvo una destacada
participación. Fue teniente de gobernador y justicia mayor de la Plata,
Trujillo y Timaná; desempeñó “con gran
vigilancia” el cargo de teniente general y maestre de campo de Timaná,
nombrado por el gobernador Francisco Berrío; y don Vasco de Mendoza y Silva,
gobernador de Popayán desde fines de 1599 hasta principios de 1610[58],
lo nombró su teniente y justicia mayor “y
por orden de la Real Audiencia de Santafé y del dicho gobernador, entró (en
julio de 1603) a las dichas provincias de
páez y pijaos con cuarenta y cinco españoles y doscientos indios amigos”[59].
En el tiempo de los gobernadores Isidro Coronado, Pedro de Velasco y Diego de
Ospina hizo “otros muchos e importantes servicios
con gran gasto de su hacienda”, por cuya causa se encontraba “muy pobre” en 1625, no teniendo con que
sustentar doce hijos que tenía vivos. El gobernador Velasco y Zúñiga le
concedió por dos vidas las encomiendas correspondientes al cacique Chimache, a
los indios tamas y a las provincias de Calamo y Chicande, por título dado en
Timaná el 12 de febrero de 1608[60],
y obtuvo cédula real de recomendación fechada en Madrid el 21 de febrero de
1625[61].
Fue vecino de Timaná y luego de Popayán, donde ejerció los oficios de regidor
en 1586, alcalde ordinario en 1627 y 32[62]
y procurador general en 1633[63].
Poseyó también la encomienda de Guanacas[64].
Era hijo legítimo del capitán Diego del Campo Salazar, nacido por 1521 en
Sigüenza, quien vino a las Indias en la nao del maestre Juan del Barrio, en
calidad de mercader, con licencia del 3 de febrero de 1563, junto con su
hermana Juana de Salazar, su esposa, sus hijos y su hijastra doña Isabel
Pizarro[65];
corregidor de Mariquita, Ibagué, Tocaima, La Palma y Los Remedios en 1564[66],
teniente de gobernador y justicia mayor de la villa de Timaná, de la ciudad de
la Plata y, en últimas, de Popayán por título del gobernador García del Espinar
fechado en Cali el 2 de diciembre de 1576, que presentó ante el cabildo el 8
del mismo mes y año[67],
y de su mujer doña Luisa Medina Tinoco, casados en Sevilla; nieto paterno de Andrés del Campo
Salazar, montañés del valle de Tobalina, “que
es en la montaña, cerca de Frías”, quien fue alcaide de Carmona, “en cuya ocupación murió”[68],
y de su mujer Isabel Ortiz, natural de Sigüenza, vecinos de esta ciudad, donde
vivieron casados “casi veinte años”; bisnieto paterno de Juan Salazar y su
esposa Juana Baca del Campo, montañeses del valle de Tobalina, que vivieron en
Burgos muchos años y en Frías; de Pedro Ortiz de Herrera y Catalina Pariente,
cónyuges, naturales y vecinos de Sigüenza, todos los cuatro hijosdalgo[69].
Doña Luisa Medina, natural de Santo Domingo -hija legítima de los españoles Francisco
Hernández Vilorado e Isabel Hernández, “La
Manera”-, fue “una de las primeras
mujeres que con sus padres pasaron al Perú en compañía del marqués don
Francisco Pizarro”[70].
Era viuda del célebre Martinillo de Poechos, indio del curacazgo tallán,
llamado pomposamente don Martín Pizarro, intérprete de Francisco Pizarro -quien
lo hizo encomendero de Huaura- y compañero de su hermano el rebelde Gonzalo,
condenado a destierro perpetuo a Panamá y muerto en Sevilla[71].
Doña Isabel de Figueroa era natural de Popayán, hija mayor
del capitán Francisco Mosquera, nacido por 1530 en Badajoz[72],
quien pasó al Perú por los años de 1546[73],
combatió como capitán de infantería contra el
rebelde Gonzalo Pizarro en la batalla de Jaquijahuana el 9 de abril de 1548[74]
y fue “uno de los trece capitanes que
entraron contra él y le prendieron”[75],
de los fundadores de la real audiencia de Quito, de la que fue alguacil mayor,
y “la cual le nombró por visitador general
de esta dicha provincia de Popayán y de las cajas de ella”[76],
gobernador de la provincia por título fechado en Quito el 24 de octubre de
1564, cargo del que tomó posesión ante el cabildo de Pasto el 3 de noviembre
siguiente[77],
vecino de Popayán, encomendero en su
jurisdicción de Piagua, Pianica y Espandi[78],
alcalde ordinario en 1575, 77, 83, 84 y 87 y regidor en 1592, y de su segunda mujer doña Leonor de Velasco y
Zúñiga; nieta materna del capitán
conquistador Pedro de Velasco, nacido hacia 1520[79]
en el pueblo de Concejero, en el valle de Mena, en Burgos -hijo legítimo de
Pedro Martínez de Revilla Velasco[80]
y María Sáenz de Velasco-, fallecido en Popayán el 4 de noviembre de 1571, y de
Catalina Moreno de Zúñiga, natural de Salamanca, quien otorgó testamento en Popayán
el 12 de abril de 1625[81],
bisnieta de Andrés Moreno, vecino de Palacios Rubios, estudiante en Salamanca,
armado caballero por don Fernando El Católico en “Ginssa, en el campo de la Reboyada, que es cerca de San Román de Ormija”
el 20 de julio de 1475[82].
El capitán Francisco Mosquera era hijo de Iñigo López de
Sotomayor, también llamado Iñigo López de Mendoza[83],
heredero como hijo mayor del señorío de Torre del Águila y sus anexos, quien en
1513 -junto con sus hermanos Garcilaso de la Vega, deán de Badajoz, y Blanca de
Sotomayor- entabló un pleito contra Pedro Suárez de Figueroa, otro de sus
hermanos, y el licenciado Francisco de Vargas del consejo real, por haber
vendido Pedro un juro en bienes de su mayorazgo[84];
nieto paterno de Gómez Suárez de
Figueroa, el Ronco, primogénito,
quien poseyó el juro de la recompensa de Barcarrota y heredó la dehesa de la
Torre del Águila, y de su esposa doña Isabel de Mosquera Enríquez, dotada por
sus hermanos el 11 de octubre de 1482, quien era viuda en 1500, año en que
solicitaba su dote[85].
Bisabuelos paternos: Pedro Suárez de
Figueroa[86],
progenitor de los condes de Arcos, señor de Cañaveral, Santurde, Torre del
Águila y otros lugares, doncel de Juan II, quien sirvió a Enrique IV como
embajador en Venecia, y su mujer doña Blanca de Sotomayor, señora de los Arcos,
Bótova, Santa Justa y de la recompensa de Villanueva, quien trocó en 1445 a
Santa Justa por Torre del Águila con el I conde de Feria, su cuñado[87].
Pedro y doña Blanca testaron conjuntamente en Badajoz el 22 de junio de 1474
ante Pedro Sánchez Maraver, escribano de Cámara del Rey[88];
Vasco Mosquera de Figueroa y Vargas y su mujer doña Isabel Quijada, ya citados
como ascendientes del conquistador Cristóbal de Mosquera[89].
Hijos del capitán Cristóbal de Mosquera y Figueroa y doña
Tomasina de Salazar fueron:
1. Doña
Elena de Mosquera y Figueroa. Testó el 31 de diciembre de 1675 en Popayán[90]. Casó allí en 1634 con el maestre de campo don Fernando de Salazar
Betancur, natural de Tunja, vecino de Popayán, donde otorgó testamento el 14 de
enero de 1670[91], año en que falleció, tesorero de la catedral de Popayán a los
dieciocho años[92]; alcalde ordinario varias veces, procurador general, teniente del
gobernador don Juan de Salazar (1644 - 1652) y, por ausencia de éste,
superintendente general de la gobernación; encomendero de Toboima y Pisimbalá,
en la provincia de Páez, por título del 4 de junio de 1660 y confirmación real
fechada en Madrid el 12 de febrero de 1664, alcalde ordinario de Buga[93], hijo único de Pedro de Salazar Falcón, natural de la villa de
Alcázar de San Juan, procurador general y alcalde ordinario (1634) de Tunja,
alcalde ordinario de Santafé en 1645, y de su primera esposa doña Ana de
Betancur Melián, natural de las islas Canarias. Con sucesión.
2. El capitán don Cristóbal de Mosquera y
Figueroa, III del nombre. Sigue en VI.
3. El
licenciado don Juan de Mosquera y Figueroa, presbítero.
4. y 5. Los padres Francisco y Tomás de Mosquera
y Figueroa, jesuitas.
6. Don
Diego Mosquera del Campo vecino del asiento de Latacunga, en Quito. El 4 de
mayo de 1666 pidió testimonio de la probanza de servicios de sus padres y
abuelos levantada en 1663[94]. Fallecido ya en 1693, casó por 1680 con la española doña Francisca
Cohorcos y Ramírez de Arellano, natural de Madrid. En 1684 se encontraba casado
por segunda vez con doña Jacoba de la Oseja y Bracamonte e impuso una
capellanía de 6.500 pesos a favor de doña Antonia de San Gregorio y doña Tomasa
de San Estanislao Mosquera, monjas conceptas[95].
7. Don
José de Mosquera y Figueroa. Hizo información de los servicios de sus
antepasados, junto con sus hermanos el licenciado don Juan, el capitán don
Cristóbal y don Diego, en Popayán el 26 de febrero de 1663 ante el capitán don
Diego de Velasco y Noguera, alférez real y alcalde ordinario[96]. Se estableció en Quito, donde fue oficial real y contrajo
matrimonio.
9. Doña
Bernardina de la Encarnación, monja profesa del convento de Popayán.
10. Doña
Bárbara de Mosquera y Figueroa.
11. Doña
María de los Ángeles Mosquera y Figueroa, monja.
12. Doña
Isabel de Mosquera y Figueroa, casada con el capitán Melchor López de Celada,
vecino de Popayán, tesorero de las reales cajas nombrado en 1674[98], y encomendero de Totoró, confirmado por real cédula dada en Madrid
el 8 de julio de 1662[99]. Doña Isabel testó en Popayán el 20 de noviembre de 1706[100] y fue enterrada allí el 18 de junio de 1711. Sin hijos.
13. Doña
Catalina de Mosquera y Figueroa, soltera.
14. Doña
Leonor de San Javier, religiosa.
15. y 16.
Doña Antonia y doña Tomasina de Mosquera y Figueroa, solteras.
(VI) El capitán don Cristóbal de
Mosquera y Figueroa, III del nombre, nació en Popayán. En enero de 1688 declaró ser de más de
sesenta años de edad. En su ciudad natal ejerció los cargos de alcalde
ordinario en 1651, 59, 66 y 70, procurador general en 1653 y regidor en 1671[101].
El gobernador don Luis de Valenzuela Fajardo le hizo merced, por título del 29
de abril de 1658, de la encomienda del pueblo de Timbío, que había sido del
capitán Diego Delgado Salazar, y recibió confirmación real fechada en Madrid el
3 de diciembre de 1659[102].
Encomendero también en segunda vida de San Francisco de Vitoncó y San Vicente
de Páez, recibió real cédula de dispensa -fechada el 23 de junio de 1684[103]-
para poder aprovechar todas estas encomiendas.
Casó en Santafé en 1645 con doña María de Salazar[104],
hija legítima de Pedro de Salazar Falcón, natural de la villa de Alcázar de San
Juan, y de su segunda esposa doña María de Fonseca. Del matrimonio Mosquera -
Salazar no quedaron hijos.
Viudo, el capitán Mosquera contrajo segundas nupcias con doña
Antonia de Silva Saavedra, crismada de año y medio en Cali el 30 de noviembre
de 1642 y sepultada en Popayán, en San Francisco, el 4 de febrero de 1697[105],
quien testó por sus apoderados en esa ciudad el 25 de mayo de dicho año, por
poder otorgado el 28 de enero anterior[106],
hija legítima del capitán don Jacinto de Silva Saavedra, natural y vecino de
Cali, encomendero de la Candelaria por título firmado en Popayán el 8 de abril
de 1647 y confirmación del 8 de marzo de 1650[107],
y de los pueblos de Arroyohondo y Piles por merced del gobernador Valenzuela
Fajardo del 10 de marzo de 1656[108],
alcalde ordinario en 1648, 55 y 57, procurador general en 1649 y 56 y alcalde
provincial de la Santa Hermandad por remate hecho en Quito[109],
fallecido el 14 de julio de 1657[110],
y de doña María Quintero Príncipe, quien otorgó su testamento en Cali el 6 de
abril de 1691, casados allí el 11 de abril de 1638. Abuelos paternos: El capitán don Arias de Silva Saavedra, IV señor
del mayorazgo de la Manchada, primero del linaje en la antigua gobernación de
Popayán, nacido en Jerez de los Caballeros, en Extremadura, por 1579[111],
que vino a la provincia de Popayán como criado del gobernador don Vasco de
Mendoza y Silva, su pariente[112],
con licencia del 9 de octubre de 1598[113]
y para el efecto levantó información en su patria chica el 14 de septiembre del
mismo año ante el corregidor licenciado Juan de Puerta; teniente de gobernador
de Mendoza y Silva en “las ricas minas de
la ciudad de Toro”[114]
y, por comisión del mismo gobernador[115],
capitán de infantería española para la conquista de los Pijaos, vecino de Cali
desde 1608, entró a formar parte del cabildo como tesorero de las cajas reales
en reemplazo de Luzuriaga y Heredia, fue alcalde ordinario en 1616[116]
y testó el 3 de octubre de 1625[117],
y doña María Lersundi, a cuyo favor otorgó carta dotal en Nuestra Señora de la
Consolación de Toro el 8 de enero de 1608[118].
Abuelos maternos: el maestre de
campo Cristóbal Quintero Príncipe, natural en Cali, vecino principal de esta
ciudad y destacado pacificador de los pijaos, teniente de gobernador y justicia
mayor en 1616, procurador general en 1610, alcalde ordinario en 1615 y 27 y
alférez mayor, posición que remató en Quito
el 8 de mayo de 1619 en 600 patacones de 8 reales y de la cual recibió
título de la audiencia de Quito el 28 de febrero de 1620 y confirmación real el
21 de junio de 1623[119],
encomendero de Polindará por merced del gobernador Bermúdez de Castro dada en
Popayán el 12 de noviembre de 1629 y confirmación real del 12 de marzo de 1631[120],
fallecido ab intestato en 1638, y su mujer doña Antonia de los Arcos y Ríos
-hija legítima del capitán Rodrigo de los Arcos y Ríos y doña Isabel Rengifo-,
quien otorgó testamento en Popayán el 10 de diciembre de 1664 y murió antes del
29 de abril del año siguiente. Bisabuelos
paternos: Gonzalo de Silva y Ulloa, III Señor del mayorazgo de la Manchada,
natural y vecino de Jerez de los Caballero, veinticuatro de la ciudad, y su
mujer doña Elvira Arias de Saavedra, llamada también doña Elvira de Saavedra
Gallego y Lira[121],
de la misma naturaleza, difunta en octubre de 1598, hija legítima de Rodrigo de
Saavedra y de su mujer Mencía Martínez, naturales y vecinos de Jerez.
Doña María Lersundi fue natural de Cartago[122]
y viuda del capitán Juan Palomino, hija legítima del capitán Juan López de
Lersundi, natural de la casa de su apellido en la villa de Azcoitia, quien se
embarcó al Perú con el tesorero Iñigo de Peralta con recomendación real dada en
Valladolid el 6 de mayo de 1550[123],
oficial real de Cartago, falleció ab
intestato antes de 1585, y de su esposa doña María de Magaña, legitimada junto
con su hermano Matías, “para honras,
oficios y heredar” por real cédula fechada en Aranjuez el 29 de noviembre
de 1567[124],
viuda del capitán Pedro Muñoz[125];
nieta materna del tesorero Sebastián
de Magaña[126],
nacido en Úbeda, en el obispado de Jaén, por 1515[127]
-hijo legítimo de Pedro de Magaña y su mujer Catalina Pérez-, quien vino con el
adelantado Belalcázar a la gobernación de Popayán a principios de 1541 como
tesorero y juez oficial de las cajas reales de la provincia, nombrado por
cédula librada en Madrid el 10 de marzo de 1540[128],
ocupó también el oficio de regidor perpetuo de Cali por provisión fechada en
Madrid el 15 de abril del mismo año[129],
y otorgó testamento en Cali en 1571 ante el escribano Gaspar de Salamanca,
documento por el cual ordenó fundar a su hermano Juan, canónigo de la iglesia
colegial de Santa María, en Úbeda, “una
capilla de moderado edificio, con una advocación de la limpia Concepción de
Nuestra Señora la Virgen María”, propósito para el cual venía remitiendo
fondos desde 1557. Con el tiempo esta capilla tomó el nombre de San Francisco
de Paula y hasta 1906 se podía observar en ella el escudo de armas del fundador[130].
El capitán don Cristóbal de Mosquera y Figueroa fue sepultado
en la catedral de Popayán el 5 de marzo de 1699. En su testamento, otorgado en
la misma ciudad el 27 de febrero anterior ante Francisco de Alcázar[131],
declaró por sus hijos legítimos y de doña Antonia de Silva a:
1. El maestre de campo don Cristóbal de
Mosquera y Figueroa y Silva. Sigue en
VII.
2. El
padre maestro fray Manuel de Mosquera y Figueroa, provincial de la orden de la
Merced.
3. El
doctor don Juan de Mosquera, presbítero, prebendado en Trujillo, fallecido de
arcediano en La Paz[132]. Por petición suya y de sus hermanos, se actuó una información
sobre los servicios de sus antepasados en Popayán el 22 de marzo de 1694 ante
don Pedro de Ubillús y Velasco, alcalde ordinario. Esta información la
certificó el cabildo de Popayán el 27 de los mismos mes y año[133].
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