estudio Genealógico de Antiguas
Familias. Colima, Michoacán y el Sur de Jalisco. Siglo XVI – XXI: una propuesta
de genealogía social.
María guadalupe paredes lópez.
Antecedentes:
Mi acercamiento a la genealogía se inició en el año 1990, cuando
estudié, el linaje: de la Torre, familia
ubicada en Madrid desde el siglo XVI, cuyos miembros pasaron a Cuba asentándose
en las principales provincias, donde participaron en la fundación de pueblos y
en relevantes puestos de la administración. La búsqueda en los principales
archivos españoles y cubanos, me permitieron conocer el espacio geográfico, donde habitaron; unir su existencia con los
acontecimientos políticos, económicos y sociales de su tiempo; conocer las fuentes
en donde obtener información.
Esta tarea la concebí como práctica de archivo –actividad
complementaria a los cursos de doctorado que realizaba–, la cual, permitía
confrontar la teoría con la práctica, resolver, consultar, indagar con personas
y documentos la obtención del dato preciso. El material obtenido permitió
reconstruir 500 años del pasado familiar, mismo que utilizó la escritora
Julieta Campos para escribir la novela La
Forza del Destino[1]. De mi
parte, dejó un amplio conocimiento de los distintos tipos de archivos, de la
tipología documental, experiencia en la lectura paleográfica y en la búsqueda
de bibliografía, entre la que puedo situar, las importantes obras de Alberto y
Arturo García Carraffa, Diccionario Heráldico
y Genealógico de Apellidos Españoles y Americanos, y la de Endika de
Mogrobejo, Diccionario
Hispanoamericano de Heráldica, Onomástica y Genealogía, para Cuba: Historia de Familias Cubanas,
de don Francisco Javier de Santa Cruz y Mallen, Conde de San Juan de Jaruco
y Santa Cruz de Mopox, en sus nueve volúmenes (1940 – 1988); Rafael Nieto y
Cortadelas, Dignidades Nobiliarias en
Cuba (1954), y muchos estudios locales sobre familias nobles y notables.
A mitad del camino:
Una segunda aproximación al campo de la genealogía
se presentó en el año de 2005, cuando el empresario jalisciense don René Rivial
León, con el deseo de conocer el pasado familiar y legar a sus descendientes el
estudio de sus ancestros, me encomendó la investigación sobre la familia de su
señora madre doña María Asunción de Jesús León Galván y la de su esposa doña
María Guadalupe Vergara Ochoa. Estos trabajos exigieron de nueva cuenta
explorar el espacio geográfico – temporal
e identificar las fuentes a fin
de hacer el listado generacional y con él, la reconstrucción de las estirpes: León, Ochoa y Vergara. El resultado se plasmó
en dos obras una: Apuntes Genealógicos de
la Familia Vergara Ochoa, la otra Familia
León y sus linajes adherentes: Borja, Campos, Galván, Rivial y Servín, Notas
genealógicas, publicadas en 2007.
Estos estudios permitieron ubicar los
asentamientos familiares en Michoacán, de donde se fueron desplazando hacia el
Sur de Jalisco, más tarde al estado de
Colima, Guadalajara, a otros lugares del país y del extranjero. El periodo
temporal abarcó desde 1580 –fecha en la que fue localizado el capitán Diego de
Ochoa Garibay (denominación usada por siete generaciones), en Zamora
Michoacán–, hasta 2007, nacimiento de los últimos infantes de esta estirpe,
registrados en la obra. Esta investigación permitió dar seguimiento a 14
generaciones y más de 430 años en los Ochoa, alrededor de 226 años en la familia León con
10 generaciones y en la estirpe Vergara 9 generaciones y más 234 años.
Para buscar e identificar a los personajes de
estas familias, una vez más las fuentes fueron
determinantes. Dentro de ellas privilegié, los acervos de los archivos, la
bibliografía regional y local, árboles genealógicos, entrevistas y el internet.
Dentro de los títulos consultados localicé una importante producción
genealógica elaborada por profesionales en la materia, como por aquellos descendientes
que buscan reconstruir su familia. Entre ellos puedo mencionar a: don José
Ignacio Dávila Garibi[2], don
Rubén Villaseñor Bordes[3], don
Jesús Amaya Topete[4],
al presbítero don Gabriel Ibarrola Arriaga[5], don
Mariano González Leal[6], don
Alejandro Mayagoitia[7],
Federico Munguía Cárdenas[8], Fernando Muñoz Altea[9], Eduardo
Agustín Ochoa Velasco[10], René
de la Mora Gálvez[11], J.
Rafael Toledo Villanueva[12], Alfonso
de la Madrid Castro[13], Enrique
Brizuela Virgen[14],
Enrique Ceballos Ramos[15]. Y
muchos otros autores de estudios locales y regionales, anecdotarios, crónicas,
aportaron siempre datos. Es necesario señalar el papel destacado que tienen los
cronistas municipales, Adrián Gil Pérez, de Tamazula de Gordiano y Fernando G.
Castolo, de Zapotlán el Grande, además de significar la obra de José Miguel
Romero de Solís, Andariegos y Pobladores.
Nueva España y Nueva Galicia. Siglo XVI, (2001) y el Diccionario Biográfico del Occidente Novohispano Siglo XVI, de
Thomas Hillerkuss, referentes indispensables para adentrarnos al primer siglo
de presencia hispana.
Este andar, iluminado y respaldado por la rica
experiencia relatada hizo surgir en mí, un
nuevo desafío: proseguir la
investigación. Primero, para aprovechar el material obtenido y no
utilizado completándolo, ampliándolo y profundizando en él; en segundo término,
dar al estudio un enfoque social, incluyendo
a todas las familias que aparecen en los primeros libros parroquiales, y que permitieran con certeza seguir
las líneas del mismo tronco familiar, considerando que todos los habitantes,
fueron protagonistas, todos con su esfuerzo en el momento que les tocó vivir, dieron
sentido al territorio, diseñando y construyendo una vecindad, todos fueron forjadores
del rostro actual de la región. El tercer punto a considerar era contribuir a
través de la genealogía, a hacer la historia del Occidente desde el siglo XVI,
en especial de la región que hoy ocupan los estados de Michoacán, el Sur de Jalisco
y Colima, zona de paso y asentamiento fundamental del proyecto de Hernán Cortés
en la búsqueda de un puerto adecuado para proseguir la anhelada ruta de Colón a
costas asiáticas y localizar los yacimientos que habían abastecido a los purépechas
de metales preciosos.
Un ambicioso proyecto:
La propuesta de la presenté a don René Rivial
León, quien, de manera generosa autorizó la beca de investigación y más tarde
los recursos para la edición del primer tomo. De esta manera proseguí la 3ª
etapa de indagación genealógica con un proyecto de mayor envergadura, que pretende ir rescatado los antiguos
linajes asentados en la región ya mencionada. El titulo: Estudio Genealógico de Antiguas Familia. Colima, Michoacán y Sur de
Jalisco. Siglos XVI – XXI. Obra que busca:
Ofrecer una panorámica de cómo se fue configurando el
espacio geográfico, comprendido hoy por los estados de Michoacán, Colima y Sur
de Jalisco con la llegada de los españoles, ubicando en él, la presencia de 75
apellidos españoles, documentados después de más de 100 años de presencia y
aculturación hispana en la zona, lo que bosqueja ya una sociedad heterogénea,
en pleno mestizaje, integrada, por españoles, indios, negros; el resultado de
la unión de éstos: criollos, mestizos, mulatos; así como las llamadas castas,
—nombre dado a los afro mestizos—, entre los que se encuentran las mezclas:
lobo (indio/a – negra/o), coyote (indio/a – mestiza/o), morisco (español/a –
mulata/o), etc., registradas de manera frecuente en los libros parroquiales de
la región. Es por ello que tener el apellido hispano, no garantiza ese origen,
pues desde el siglo XVI al ser bautizados se les imponía un nombre cristiano y
en muchos casos el apellido español; otras vías para llevarlo eran el
padrinazgo, la dependencia, servicio o esclavitud a un señor[16].
Dar un paso en el conocimiento del pasado remoto, al
establecer orígenes, parentescos y enlaces de los mencionados linajes, a fin de
estimular investigaciones futuras que permitan dar rostro a los personajes, que
con su quehacer cotidiano: en el hogar, la agricultura, la ganadería, la
minería, el comercio, como oficiales reales o eclesiásticos o en los oficios
participaron en constituir la sociedad que se fue gestando a partir de de la
segunda mitad del siglo XVI.
Constituir una base
de datos de familias y personajes, que facilite a los investigadores o
curiosos el uso y comprensión de documentos, la clara vinculación de las
familias, y revelar los acervos a los que puedan acudir a profundizar un tema o
iniciar otros. Es además una pequeña aportación histórica a los habitantes de
mi región, la cual, recorrí y conozco desde hace más de 40 años.
Facilitar el recorrido por la geografía familiar,
conocer el itinerario de un viaje y su peregrinar, poner al alcance de los
investigadores en rápida consulta una serie de nombres que aparecen en las
fuentes documentales y estimular el estudio de nuevos temas; a nivel familiar
poder reconstruir la historia de las familias, los eslabones perdidos, que
permitan consolidar sus raíces.
El reto mayor fue hacer una revisión sistemática y
rigurosa de familias que aparecen en los primeros libros parroquiales de
Zapotlán el Grande, Nueva Galicia, (hoy Jalisco)[17], —lugar
que he privilegiado en este estudio—, desde el siglo XVII, haciendo un alto a
principios del siglo XX. De los datos encontrados se eligieron los 75
apellidos, que aportaron más información, aquellos que a través de otras
fuentes se pudieron reconstruir o bien permitieron llegar hasta nuestros días a
través de entrevistas y otros medios de obtención de información, y otros que representan
un referente histórico. Cabe destacar que al hablar de apellidos y no de familias
se debe a que se encontraron, dentro de un mismo apelativo, varios linajes con
distinto origen de procedencia y tiempo de asentamiento, además de no haberlos
podido enlazar, razón por la que hablamos de 75 apellidos pero de un mayor
número de familias.
Con relación a los personajes se trabajó primero
en su identificación a través de
conocer sus datos: individuales, (nombre, lugar y fecha de nacimiento,
matrimonio, defunción); familiares (padres, ascendientes, cónyuges, hijos);
circunstanciales (actividad o profesión, hechos sobresalientes y sucesos que
ayudaran a recrear una sociedad, un espacio y un tiempo determinado). Logrado
esto, se procedió a armar el gran rompecabezas
donde cada historia individual debía unirse primero a su familia o bien
integrarse a la que por vínculo o enlace
matrimonial se adhirió.
Entre el listado de linajes estudiados destaca,
desde el siglo XVI el del conquistador don Juan
Villaseñor y Orozco, de cuya ilustre familia descienden varios títulos de
nobleza de Nueva España, las familias de don Miguel Hidalgo y Costilla y don Agustín
de Iturbide, así como una noble y distinguida sucesión forjadora de pueblos
en el Bajío, Michoacán y Jalisco. Procedentes de Santa María de Galdácano,
Vizcaya, España, a finales del siglo XVIII, los hermanos Mateo y Francisco Antonio
Garibi y Jugo se establecieron en Zapotlán el Grande, Nueva Galicia, donde
casaron y fueron padres de familias que llegan hasta nuestros días, entre las
que destacan la de don José Garibi Rivera,
primer cardenal mexicano y la de don José
Ignacio Dávila Garibi. Por ese mismo tiempo procedente de Guadalajara se
asienta en la mencionada población la familia formada por don José
Gerardo Palafox Lozano y doña María Manuela Gil Calatayud, dando
origen a un distinguido linaje. Entre sus herederos se cuentan políticos,
eclesiásticos, militares, magistrados, abogados y doña María de la Gracia Palafox Garibi, quien en los aciagos años del
siglo XIX mexicano, fue esposa del presidente de la República don María Félix Zuloaga y Trillo. También es
de mencionarse la familia de don José
Paulino de Jesús Rolón Alcaraz,
conocido por José Rolón, destacado
músico y compositor, uno de los mayores exponentes de la música clásica
mexicana, fundador de la primera orquesta sinfónica del país. Otro notable linaje
es Rulfo, del cual desciende don Juan Nepomuceno Carlos Pérez – Rulfo Vizcaíno,
Juan Rulfo, escritor de
reconocimiento universal, quién durante su vida, recibió varios homenajes,
condecoraciones y premios, entre ellos destaca el Premio Príncipe de Asturias
en 1983. Y una larga lista de familias que a través de su estudio, nos han dado
agradables sorpresas en el rescate de la microhistoria y la historia regional.
Es importante destacar que la información de cada
personaje es desigual; en unas es
rica, abundante y se ha podido incluir datos de testamentos, información de
limpieza de sangre, escrituras de compraventa, obligaciones de pago,
actividades profesionales y hasta fue posible bosquejar pequeñas biografías;
otros, apenas están registrados con una fecha; y algunos sólo mencionados,
rescatados del anonimato a través de un testamento, una escritura pública, un
poder o un cargo público.
Entre las dificultades encontradas está la forma
en que se usan los apellidos:
-
Ausencia en los primeros libros
parroquiales, en su gran mayoría, de los apelativos maternos.
-
Las mujeres, en las primeras épocas,
casi siempre usan el apellido materno conservándolo en sus descendientes, otras
regresando al paterno.
-
Mudanzas sin conocer la razón del
cambio.
-
Apellidos compuestos usados
indistintamente en esta forma o de manera sencilla, encontrando además su reducción
a través del tiempo o privilegiando uno de ellos.
Otro obstáculo muy señalado fue el surgimiento de homónimos. Problemas que tras una
indagación cuidadosa y cotejo de documentos se pudieron, en la mayoría de los casos
resolver.
Toda obra tiene sus límites irremediables: al revisar los documentos se encuentra que
apenas se ha podido capturar una pequeña porción de información sobre un
personaje, familia, espacio, época, etc. El tiempo
en que hay que rendir cuenta de nuestro trabajo obliga a hacer un alto y decir:
hasta aquí. Uno más, saber de antemano que ninguna obra es completa ni perfecta
y por tanto se encontrarán en ella vacios, imprecisiones, equivocaciones; pero
a pesar de ello, se ha puesto el mejor esfuerzo para esta primera entrega la cual
culminó en octubre de 2009.
El trabajo ha proseguido sin descanso, ha sido posible
gracias al apoyo de don René Rivial León. Podemos anunciar la próxima aparición
del segundo tomo, para finales de diciembre y el tercer para el mes de junio de 2012.
Relación de apellidos publicados Tomo I antiguas familias. colima, michoacán y
sur de jalisco.
1.
Aguilar
2.
Alcaraz
3.
Anaya
4.
Arias
5.
Arzac
6.
Ascencio
7.
Ávalos-
8.
Avellaneda
9.
Avendaño
10.
Balbuena
11.
Barragán
12.
Barreto
13.
Béjar
14.
Blanco
15.
Cárdenas
16.
Carrasco
17.
Carrillo
18.
Ceballos
19.
Cobián
20.
Coria
21.
Covarrubias
22.
Díaz
23.
Díaz
Infante
24.
Dosal
25.
Espinosa
26.
Figueroa
27.
Fuentes
28.
Garibi
29.
Gómez
30.
Gómez-Dávalos
31.
Gómez
de Cárdenas
32.
Gómez
de Velasco
33.
González
34.
Gutiérrez
35.
Lambarena
36.
León,
de
37.
López
38.
López
de Andrada
39.
López
del Amo
40.
López
de Lara
41.
Maciel
42.
Mancilla
43.
Manríquez
de Lara
44.
Manzano
45.
Mendoza
46.
Ochoa
47.
Orbe,
de
48.
Orilla
49.
Padilla
50.
Palafox
51.
Pérez
52.
Pérez
Hurtado
53.
Plasencia
54.
Pizano
55.
Preciado
56.
Quesada
57.
Ramírez
58.
Rodríguez
59.
Rodríguez-Cano
60.
Rolón
61.
Ruiz-Galindo
62.
Rulfo
63.
Sánchez-Aldana
64.
Sánchez
de la Mejorada
65.
Sayago
66.
Silva
67.
Trejo
68.
Urzúa
69.
Vargas
70.
Vargas-Machuca
71.
Vázquez
72.
Velasco
73.
Villalvazo
74.
Villaseñor
75.
Villaseñor
y Jasso
Como puedo contactar a la Historiadora María Guadalupe Paredes López? Sergio S Preciado
ResponderEliminarEste es su correo... paredeslmg@hotmail.com
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Eliminar